San Francisco de Asís

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San Francisco de Asís

Esta corporación emana desde su fundación en 1996 espíritu franciscano, ratificando por sus hermanos en cabildo en 2018, incorporando como titular la devoción del seráfico padre San Francisco, quien siempre es guía y norte en nuestro camino por esta vida cristiana, haciendo de nosotros un instrumento de la Paz de Dios. San Francisco nació en Asís hacia el fin del año 1181 o comienzo del 1182. Después de una juventud despreocupada, se convirtió a la vida evangélica en Asís (Italia), y encontró a Cristo sobre todo en los pobres y necesitados, haciéndose pobre él mismo.


En 1206 se entrega totalmente al servicio de Dios y renuncia a la herencia paterna para llevar durante dos años una vida ermitaña, dedicada a reparar las iglesias de San Damián, San Pedro y Santa María de los Ángeles, en las cercanías de Asís.


Tuvo un corazón alegre y humilde, enseñándonos a vivir la virtud de la humildad. Supo aceptar la voluntad de Dios y fue capaz de ver su grandeza y la pequeñez del hombre terrenal. Veía la grandeza de Dios en la naturaleza, y nos enseña a saber contagiar ese entusiasmo por Cristo a los demás y el valor del sacrificio.


Fue fiel a la Iglesia y al Papa. Fundó la orden de los franciscanos de acuerdo con los requisitos de la Iglesia y les pedía a los frailes obedecer a los obispos.


Nos enseña a vivir cerca de Dios y no de las cosas materiales. Saber encontrar en la pobreza la alegría, ya que para amar a Dios no se necesita nada material.



“Dichoso quien no tiene más gozo y alegría que las palabras y obras del Señor.”


Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz.
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.


Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender;

ser amado, como amar.


Porque es:
Dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.

 



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