La Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia fue fundada en el año 1996 y surgió de manera espontánea tras la Semana Santa del año anterior (1995) por iniciativa de los comerciales de la zona centro y un pequeño grupo de personas procedentes de otras cofradías de la ciudad que solicitaron su establecimiento canónico en la Parroquia de Nuestra Señora de Gracia de Alicante. 

Una vez constituida la primera junta de gobierno, se solicitó a la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de la ciudad permiso para realizar su estación de penitencia en la tarde-noche del Lunes Santo, siendo la primera en hacerlo en este día que hasta el momento permanecía “en blanco” en el calendario procesional de la Semana Santa alicantina. En el año 2006, los estatutos por los que se regía la Hermandad se adaptan a la nueva normativa diocesana quedando erigida como asociación publica de fieles, por el entonces Obispo de nuestra diócesis, D. Rafael Palmero Ramos.

La advocación elegida por los hermanos fundadores fue la de Humildad y Paciencia, y la portentosa imagen del Cristo fue encargada al escultor-imaginero murciano D. José Hernández Navarro. Se trata de una obra de gran calidad artística que representa a Cristo flagelado y coronado de espinas. Aparece sentado sobre un tronco, con una mano apoyada en la rodilla derecha, mientras que la otra sostiene una caña a modo de cetro que los soldados le han puesto para burlarse de Él.

La obra pertenece al periodo de madurez de este reconocido escultor, galardonado en su momento con el Premio Nacional de Anatomía. Se puede apreciar perfectamente las características de la imagen, destacando la magnífica expresión del rostro, que trasmite una gran serenidad y paz. También plasma casi con perfección anatómica la espalda que aparece encorvada, dejando entrever las vértebras y marcas de la flagelación, reflejando un gran realismo e impregnando la imagen de un profundo dramatismo. Su mirada está perdida y sin embargo parece hablar a quienes la contemplan sobre cómo asumió la Pasión, con humildad y paciencia, queriendo cumplir así la voluntad del Padre.