Después de estos tres años como sacerdote en esta querida iglesia de Nuestra Señora de
Gracia piensas en una nueva Cuaresma e inmediatamente sabes que parte de ella la vivimos en la comunidad con la Hermandad. Para vosotros como grupo de la parroquia se acercan los días más señalados del calendario muy marcados por el Quinario al Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, y como no, el Lunes Santo alicantino, día de la Estación de Penitencia, el día esperado, el día de salir a las calles de nuestra Ciudad a evangelizar con la Procesión portando las sagradas imágenes del Cristo de la Humildad y Nuestra Señora de las Lágrimas, momento de fe y devoción que habéis sabido contagiarme…
Pero el año pasado todo cambió, en el mes de marzo comenzaba el azote de esta
pandemia que estamos sufriendo en todos los ámbitos; personales, sanitario, sociales,
económicos, y como no, nuestro día a día no ha vuelto a ser el mismo, todo se ha visto afectado, y entre esas cosas la Celebración de la Semana Santa será diferente, hasta que el ser humano venza a este virus.
Vamos a celebrar la Semana Santa, lo haremos de forma diferente y para ello, nos toca
prepararnos en este año tan especial. Nuestra Diócesis nos invita en el Plan de Pastoral a
redescubrir el valor de la Eucaristía, este año puede ser el momento de vivir la Semana Santa en su esencia. Cristo que muere en la cruz, primero se entrega en el pan. Antes de que lleguen los días santos de nuestra fe tenemos que prepararnos, y eso es la Cuaresma, el apasionante camino hacia la Pascua, hacia el encuentro con el Resucitado.
El Papa Francisco en su mensaje cuaresmal de este año 2021 hace una simbiosis entre
las tres virtudes teologales; la fe, la esperanza y la caridad, con las tres prácticas cuaresmales por excelencia; la oración, el ayuno y la limosna. No podemos pretender decir que seguimos a Jesús de Nazaret si no tratamos con Él, Él era el primero en buscar momentos para encontrarse con su Padre Dios, la oración es el pilar fundamental de nuestro ser cristiano. El ayuno nos recuerda que hay cosas de las cuales podemos prescindir, es el momento de hacer una escala de valores sincera en nuestra vida que haga que pongamos las cosas que de verdad importan en su sitio. A veces nos pensamos que por poner a Dios en primer lugar lo demás sale perdiendo y así no es, poner a Dios lo primero es enriquecer todos los ámbitos de mi vida. Finalmente, la limosna, podemos entregarnos un poquito más, darnos un poco más, compartirnos un poco mas, querido hermano cofrade mira la bella imagen del Cristo de la Humildad, ¿ves mayor donación?
si te pones delante de Él y dejas que su mirada traspase tu alma sentirás que debes de darte y entregarte como Él se ha dado y entregado por ti.
Y esto es lo que quería compartir con vosotros queridos hermanos cofrades, vamos a
prepararnos bien, vamos a querer encontrarnos con ese Cristo de la Humildad y Paciencia,
vamos a querer reunirnos como familia a compartir el pan de la Eucaristía como hermanos, que se alimentan en una misma mesa. Que la Cuaresma de este año de pandemia nos ayude a entrar en el misterio del amor de un Dios que se entrega por nosotros. Que los días del Quinario, los Vía-Crucis, el esperado Lunes Santo, y el Triduo Pascual sean ocasiones para revitalizar nuestra fe y hacer Hermandad. La Hermandad crecerá y se fortalecerá si sabe compartir el pan de la Eucaristía y siente como María, Nuestra Señora de las Lágrimas nos dice a cada uno "Haced lo
que Él os diga", su Hijo, el Cristo de la Humildad.
Rvdo. D. Rubén Lillo Lillo
Vicario Parroquial y Consiliario Segundo