Lunes Santo
Desde la Hermandad de nuestra parroquia nos pedís a los sacerdotes unas palabras para estas páginas que editáis para llegar a todos los hermanos, con alegría recibimos la invitación y con gozo compartimos con vosotros este saludo y esta pequeña reflexión.
Creo que podíamos comenzar con esta exclamación de la que al mismo tiempo brota una pregunta, ¡Quién nos lo iba a decir! ¿verdad?, este año 2020 quedará muy marcado en la Historia de la Humanidad, en la Historia de la Iglesia, en la Historia de la Parroquia y de nuestra Hermandad y en nuestra Historia personal, la Pandemia que estamos viviendo a causa del Covid 19 lo ha cambiado y trastocado todo. No podemos obviar que como creyentes nos tenemos que replantear muchas cosas desde nuestra condición de cristianos discípulos de Jesús que vivimos nuestra fe en el seno de una comunidad parroquial que no es ajena ni mucho menos a lo que le rodea.
El pasado mes de marzo todo cambiaba, las agendas quedaban anuladas, pero en medio de la oscuridad la vida continuaba y continúa. Se aproximaba la vivencia de una Semana Santa diferente a como la habíamos vivido hasta entonces, este año los templos estaban cerrados, nuestra ventana al mundo eran los medios de comunicación, nos dábamos cuenta que la fe también se vive en casa, estando en comunión con toda la Iglesia, pero la Eucaristía y los demás sacramentos se viven en familia, en comunidad, necesitamos la comunidad.
En este sentido al comenzar un nuevo curso, diferente, cierto es, creemos que las Orientaciones Pastorales de nuestra Diócesis de Orihuela-Alicante para este curso 2020-2021 nos vienen como anillo al dedo, valiéndose del versículo "Danos siempre de ese Pan" (Jn 6, 34), tenemos una meta conjunta trabajar este año algo tan importante y actual como la Eucaristía, de hecho el título del plan diocesano nos lleva a una revisión de lo vivido y trabajado estos últimos años: la Eucaristía camino de resurrección.